El método Pilates está basado en el control del “core”, es decir, la zona abdominal y suelo pélvico como motor para la realización de movimientos periféricos, esto es: de brazos, piernas y tronco, a la vez que producimos en ellos un beneficioso estiramiento y realineación.
Se trata esta de una actividad que, por su propia naturaleza, nos ayudará tanto con el tratamiento como con la prevención de lesiones estructurales (escoliosis, cervicalgias, dorsalgias, lumbalgias, problemas sacroilíacos…) o agudas (contracturas, esguinces, luxaciones, fracturas…). Es asimismo idóneo para la articulación vertebral y de espalda, y el tratamiento de patologías discales o de radiculopatías (pérdida de sensibilidad o fuerza en miembros o ciáticas).
La principal diferencia entre realizar este tipo de ejercicio en un gimnasio o en un centro de fisioterapia como Fisiolite, es que nosotros nos centramos en la prevención y rehabilitación de patologías, seleccionando cuidadosamente nuestros ejercicios y corrigiendo constantemente posturas de tal forma que mejoraremos la propiocepción y, en suma, el rendimiento obtenido por la correcta práctica de un sistema de entrenamiento de incuestionables beneficios.
Con este objetivo, en Fisiolite ponemos a tu disposición tanto clases particulares, en las que el tratamiento será mucho más personalizado y, por tanto, sacarás el máximo provecho posible a la sesión.
⁃ Pilates suelo: es la manera tradicional en la que se practica esta disciplina, valiéndonos para ello de esterillas y otros materiales como pelotas o cintas elásticas. Realizando Pilates en el suelo obtenemos una mayor propiocepción, ya que tenemos que corregir nosotros mismos y no tenemos ningún asistente que nos ayude a colocar una posición u otra obligándonos así a realizarlo por nosotros mismos.