La punción seca es una técnica invasiva que se sirve de agujas de acupuntura para el tratamiento del síndrome de dolor miofascial; síndrome producido por puntos de gatillo.
Su aplicación es semi-invasiva ya que las agujas penetran la piel, presionando y contrayendo el punto de gatillo (nódulo hiperirritable dentro de la fibra muscular que, estando activo, produce dolor referido y disminuye la fuerza y propiocepción del músculo) para desactivarlo y disminuir así el dolor que dichos puntos producen, lo que es posible al introducirnos debajo de la piel, llegando de forma más fácil y precisa a la estructura que necesitamos trabajar. Los resultados, además son también más rápidos, duraderos y precisos que los conseguidos a través de la terapia manual.
Esta técnica tiene dos aplicaciones: una superficial y otra profunda.
– La punción seca superficial la utilizamos en los casos en los que el punto de gatillo es más superficial, o en aquellos en los que nos encontramos con una lesión relativamente reciente y que, por tanto, se puede trabajar de esta manera menos invasiva.
– Por otra parte, la punción seca profunda es una técnica que consiste en la localización del punto de gatillo para, una vez precisada su ubicación, con una aguja de acupuntura llegar hasta él. Entonces lo estimularemos produciendo un espasmo muscular involuntario que ocasionará la liberación del tono muscular, así como la desaparición de ese punto de gatillo que perpetúa las contracturas musculares y el alto tono muscular, que son a su vez causantes de nuestro dolor musculo-esquelético tanto en el propio punto, como referido a otras partes del cuerpo.
En Fisiolite solemos combinar esta técnica con crioterapia (en forma de masaje con hielo); terapia manual suave, para estirar los músculos y dejarlos en mejor estado después de esta terapia invasiva; estiramientos de los grupos musculares tratados; ejercicios de re-educación y propiocepción de las estructuras sobre las que hemos trabajado en ciertas ocasiones, con el objetivo de reeducar esa musculatura en la función que debe realizar para el óptimo rendimiento de la estructura en cuestión.